Me muero de intriga por saber qué es lo que vas a escribir, me dice L. cuando,
durante el intervalo, salimos a Corrientes a fumar unas secas.
Mi levantada de hombros como toda respuesta le (me) hizo notar, una vez más, la insustentada
confianza que tengo en mis dedos y en los puentes neuronales que se forman una vez
que estoy frente a la hoja en blanco. La receta es una: confiar en la memoria. Ella va a
ser la encargada, con el correr de los días, de decidir aquello que (me) es relevante
permitiendo a esos recuerdos flotar sobre la insaciable línea del olvido que - al igual
que un agujero negro -, más temprano que tarde, lo devora todo. Una vez que pasan
esos días y que mi memoria ya separó lo conservable de lo desechable, quedan estos
islotes de imágenes, sensaciones e ideas que debo (híper)vincular - linkear - de
alguna manera. Una vez hecho esto, voilà.
Es la segunda vez que voy a ver Hipervínculo, la Prueba 7 que Matías Feldman
creó en conjunto con la Compañía Buenos Aires Escénica. Es la segunda vez que
salgo maravillado por las posibilidades infinitas que brinda el dispositivo teatral a la vez
que por los huevos (u ovarios) de les programadores del Teatro Municipal San Martín
que se atrevieron a programar - una vez más - esta obra en la tradicionalísima Sala
Martín Coronado. Por supuesto que el gesto heroico fue la primera vez que la
programaron por allá, a mediados del 2018. Una vez que vieron la respuesta del
público, que se dieron cuenta que habían clavado un hitazo, había que estar locos
para no volver a ponerla sobre el escenario.
¿Qué es Hipervínculo? Sumatoria y yuxtaposición. Repetición y mezcla. Si
cierta teoría afirma que el arte (o el artista) debe estar imbrincado con el entorno,
manifestarse como una postura, Feldman ofrece a esta teoría una vuelta de tuerca.
Acá la relación con el contexto histórico no se da mediante el qué, sino mediante el
cómo. Con una bajada de línea en forma de crítica (no tan) literal a varios - sino a
todos - aspectos de la vida contemporánea, la obra se muestra como un cúmulo de
situaciones sin ninguna relación aparente que se mezclan la una con la otra
disputándose constantemente la atención del espectador. Interconexión espacio-
temporal. Cuadros renacentistas que cobran vida, Walter Benjamin, una novela de los
80 en español neutro, un grupo de familias acomodadas que descubre el marxismo, una
escuadra de centuriones, una compañía de rap, Alicia en el País de las Maravillas, una
(ex)intelectual metalera, una cápsula espacial, un programa de chimentos medieval y
un apasionado dirigente sindical son sólo algunas de las innumerables situaciones que
se presentan sobre el escenario.
¿Qué es Hipervínculo? La lógica de la destrucción de la lógica. No hay
consecuencias en un mundo donde todo es añadidura. Todos los conectores son
anulados, pulverizados, destruidos en manos del y. Porque, debido a, entonces, por lo
tanto, en consecuencia, gracias a que, por culpa de, todos absorbidos por un y que no
da espacio al encadenamiento secuencial, a la causa y el efecto. En el mundo actual
del hipervínculo todo se suma.
¿Qué es Hipervínculo? Es internet. Es nuestra nueva forma de conocimiento.
Es Wikipedia. Es Google. Toda la historia de la humanidad al alcance de un click para
ser surfeada en la más inocua de las superficialidades. Una cosa que linkea a otra
cosa que linkea a otra cosa que linkea a otra cosa que linkea a otra cosa… el fin de la
narración de la historia misma si es que la entendemos como un sucesión lógica de
procesos. No hay tiempo para profundizar. En este mundo de las redes sociales, de la
imagen, del mostrar, no hay lugar para la profundidad, para el desarrollo. Importa
saber más, no saber mejor.
¿Qué es Hipervínculo? Una experiencia y un experimento tan bien logrado que
a pesar de su duración y de las infinitas capas de lectura, el espectador nunca se
distrae ni se dispersa. La cantidad de estímulos sobre el escenario podría muy bien
agotar y, sin embargo, el mayor logro de esta obra es que el espectador no sólo salga
transformado sino que se vaya con ganas de más. Los aplausos son unánimes y las
charlas durante la cena están garantizadas. Sólo una pregunta nos queda rebotando a
todos mientras bajamos las escaleras: ¿Velaske, yo soi guapa?