No son suficientes las utopías basadas en cuentos de fantasías y finales con perdices
Sombra de Libertad es un musical que emociona, que transmite ideas actuales y valientes en clave de comedia musical. En la línea de musicales "de denuncia" por llamarlo de algún modo, en la dirección que marcaron Rent, la ya mítica (que vuelve y vuelve) Casi Normales, o esa joya que fue Bare el año pasado. La historia: Antonio Robles, senador con una amplia y exitosa carrera en el mundo de la política, lanza su candidatura para la próximas elecciones presidenciales. En conjunto con una familia aparentemente “perfecta”, Robles se presenta como imbatible. Sin embargo y contra todo pronóstico, el panorama cambia y una terrible acusación sale a la luz amenazando todo lo que ha logrado construir. Los oligopolios de la prensa amenazan con destruirlo poniendo en evidencia el poder de la prensa y de los medios.
El título de la obra remeda un documental que circulo en EEUU en 2013 donde intentaban mostrar como cinco grandes grupos privados de comunicación controlan el 90% de los medios, decidiendo qué es noticiable y qué no lo es en función de sus intereses, desenmascarando así sus manejos para controlar la información y mostrando algunas de sus prácticas habituales: censura, corrupción, encubrimiento.... Conocemos bien la historia.
La obra cuenta con buenas voces, buenos ensambles y coreografías muy bien logradas (algunos bailes semejan algo del grandioso Jerome Robbins de West Side Story y no debe ser casual ya que fue de los primeros musicales en esta línea).
Podría discutirse el final –que no adelantaré- como algo no del todo resuelto. Pero… quien dice que los finales tienen que llegar a algún tipo de cierre o conclusión sino nuestros propios ideales pre-juiciosos broadway-holywoodenses de los que estos nuevos musicales independientes buscan precisamente tomar distancia?.