Teatro
Duración 75 minutos
Un
manicomio cuyos pabellones se han convertido en una playa de
estacionamiento. El trabajo es ahora mover los coches que dejan los
del salón de fiestas de enfrente. Se extrañan los tiempos del
electroshock. Está el doctor Nacho que viene de declarar en la
comisaría después de una noche en la que cinco camiones hidrantes
vinieron a limpiar de locos el portón. La enfermera Marta. César,
un interno devenido en personal de mantenimiento. Fabio, otro interno
que quiere volver, mientras intenta escribirle algo a Nacho, que no
termina de redondear. Y por último Moni, novia de Nacho y ex de
Fabio que es moza del salón de enfrente donde psiquiatras
y policías celebran una fiesta interminable."Boris desprecia la dictadura del texto y logra que los ecos de esa discusión resuenen con fuerza en sus trabajos de dirección". Alejandro Lingenti, Los Inrockuptibles 2015."La obra dialoga del mejor modo con Antonin Artaud: rompiendo la referencia y creando la suya con elementos propios del teatro, no de la literatura". Juan José Santillán. Clarín, 2015."En Artaud hay una propuesta teatral muy contundente, que está en línea de continuidad con otra obra de Boris, Viejo solo y puto. en ambas el lenguaje es muy rudimentario, circular, con frases que se repiten y vuelven a un mismo punto, y a la vez hay un cuerpo escénico que funciona como una máquina que va hacia un montón de otros lugares". Julieta Benedetto, Comunidad Anfibia 2015.